Mi sitio web

Si amas la música, visita mi sitio web. Toda mi música gratis para ti.
http://www.venusreyjr.com

martes, 16 de julio de 2013

Aura, de Carlos Fuentes. Resumen, interpretación y valoración


Aura, de Carlos Fuentes 

Resumen, interpretación y valoración.
Descubre por qué este libro molesta tanto a los católicos.

Aura
Carlos Fuentes
Editorial Era, 60 pp.
Calificación: 




 No pierdas tu tiempo
 Solo para fans del autor o interesados en el tema
 Vale la pena leerlo
 Muy recomendable
 Absolutamente imprescindible


Aura es una novela del escritor Carlos Fuentes. Es una de las novelas más conocidas de la literatura mexicana. Su brevedad es notable (sólo 60 páginas). Subrayo el hecho de que tres de las más célebres y queridas novelas mexicanas son novelas breves: Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco; y Aura, de Carlos Fuentes. Esto demuestra que una obra maestra de la literatura no necesariamente debe ser extensa.


Aura, primera edición, 1962.


La novela fue publicada por vez primera en 1962 por la editorial Era. Se inscribe en el movimiento conocido como Boom Latinoamericano. Carlos Fuentes es uno de los más grandes exponentes de este movimiento. La novela, como es común en las obras del “boom”, incorpora elementos del realismo mágico.



Monsiváis y Poniatowska
La novela fue objeto de censura en 2001 cuando el Secretario del Trabajo en México, Carlos Abascal, se quejó en la escuela de su hija porque la maestra de Español había pedido a las alumnas que la leyeran. La maestra de Español fue despedida. El hecho suscitó un enfrentamiento entre los escritores Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, que defendían a Fuentes, y altos funcionarios del gobierno mexicano y miembros del alto clero, que defendieron a Abascal. A fin de cuentas, la censura conservadora siempre tiene el efecto contrario: en vez de esconder, hace aquello que censura más evidente y notable. El mismo Carlos Fuentes, en la FIL de Guadalajara de 2008 dijo:

"Cuando un libro es objeto de un acto de censura como que resucita el libro. 'Aura' fue objeto de un acto de censura que yo agradezco, porque gracias a esa censura se multiplicaron las ventas del libro… Las ventas brincaron a 20.000 ejemplares a la semana. Imagínense ustedes, cosa que nos tenía felices a mi editor y a mí".

Me referiré puntualmente al motivo de agravio un poco más adelante.

Aura, ópera de Mario Lavista basada en la novela de Carlos Fuentes

Temas:
La novela trata sobre el deseo, la vejez, la juventud, la belleza; trata sobre el anhelo desmedido de juventud de una mujer. Incorpora elementos del realismo mágico, y no se sabe a ciencia cierta si todo lo que sucede es una alucinación del personaje principal, o si, en efecto, la joven Aura y la anciana Consuelo son la misma persona.

Personajes:
Felipe Montero, joven historiador.
Consuelo Llorente, anciana, viuda del general Llorente, cuyas memorias ha de traducir Montero del francés para que sean publicadas antes de que la anciana muera.
Aura, sobrina de Consuelo.

Resumen: Aura en unos cuantos párrafos

Capítulo I
Calle de Donceles, Ciudad de México, Centro Histórico
Felipe Montero, un joven historiador de veintisiete años, lee un anuncio en el periódico: “Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa…”. Acude al domicilio señalado en el anuncio (Donceles 815), en el centro de la Ciudad de México, y es recibido por una misteriosa anciana que está en cama. El trabajo consiste en completar las memorias del General Llorente, difunto marido de la anciana. Entre las condiciones del contrato está la de residir en esa casa. Montero duda. Repentinamente aparece Aura, sobrina de la anciana. Al verla, Montero decide tomar el trabajo.

Capítulo II
El joven Carlos Fuentes
Aura conduce a Felipe Montero a su habitación y le dice que en una hora lo esperan a la cena. Pero la Sra. Consuelo no asiste a la cena, de modo que Montero y Aura se quedan solos. La joven ejerce en él una fascinación y atracción. La anciana espera a Montero después de la cena en su recámara. Cuando Montero llega descubre a la anciana de rodillas rezando. La anciana entrega a Montero unos papeles. El joven debe empezar a trabajar de inmediato.

Capítulo III
Aura, edición italiana
Montero encuentra que la anciana sobrevalora los escritos del difunto marido. Pero los cuatro mil pesos son muy atractivos. Quizá si trabajase tres meses reuniría doce mil pesos, dinero suficiente para mantenerse un año y trabajar en su propia obra sobre las conquistas españolas en América.
Mientras Montero duerme, sueña una pesadilla, y en el momento más terrible despierta y se encuentra con Aura, desnuda, junto a él, acariciando su rostro y recorriéndole el cuerpo entero a besos. “Eres mi esposo”, dice Aura. Ella lo esperará en la noche, en su recámara.
Montero sigue con la lectura de la memorias de Llorente. Lee en ellas que el general conoció a la anciana cuando esta tenía quince años. Era el año 1867. Llorente narra una extraña escena: un día encontró a su joven esposa abierta de piernas, con la crinolina levantada por delante, martirizando a un gato. El general se excitó. Hicieron el amor. Torturar a los gatos, escribió Llorente, fue la forma en que la mujer hacía propicio aquel amor, por una suerte de sacrificio simbólico.
Haciendo cálculos, Montero deduce que la anciana debe tener ciento nueve años. El general adoraba sus ojos verdes y que se vistiera de verde. Este detalle del verde es importante, porque en el siguiente capítulo Aura, que también tiene los ojos verdes, estará vestida de verde, y de algún modo sabremos que Aura y la anciana son la misma persona.
Por lo pronto el general escribe: Je pense que tu seras toujours belle, même dans cent ans… (pienso que serás siempre bella, lo mismo en cien años…). Y, finalmente: que ne ferais-tu pas puor rester toujours jeune? (¿Qué no harías para permanecer siempre joven?)

Capítulo IV
Carlos Fuentes firma un ejemplar de Aura.
Montero piensa que la razón por la cual vive Aura en esa casa es para perpetuar la ilusión de belleza y juventud de la anciana.
Montero y Aura habían acordado verse en la noche en la recámara de ésta. Montero llega, abre la puerta y la encuentra vestida de verde. Pero algo prodigioso ha sucedido: un transformación mágica, porque Aura ahora parece una mujer de cuarenta años (no la chica de veinte del día anterior).
A continuación una escena erótica que involucra símbolos sagrados –se comprende fácilmente por qué se molestó el Secretario del Trabajo, Carlos Abascal, ferviente católico–: Aura lava los pies de Montero mientras mira furtivamente un Cristo de madera, luego bailan un vals que ella canturrea y que, por alguna extraña razón Montero conoce y canta con ella, mientras Aura le desabotona la camisa y se besan. De cuclillas en la cama –una de las posiciones más sensuales que puede adoptar una mujer–, Aura parte una oblea en sus muslos y ofrece una mitad a Montero, que la come. Luego cae sobre ella, que tiene los brazos abiertos, como el Cristo. “Aura se abrirá como un altar”. Más adelante haré la interpretación de este pasaje.
Al despertar, Montero busca la espalda de Aura, pero ya no está en la cama. Abre los ojos y la ve al pie de la cama. La mujer camina hacia un rincón de la recámara, se sienta en el suelo, a los pies de la anciana Consuelo, que está sentada en un sillón que él no había visto. Las dos mujeres le sonríen y se van por la puerta que comunica la habitación de Aura y la de la anciana.

Producción de Aura por las compañías de danza Rosanna Gamson (USA) y Contradanza (México)


Capítulo V
Al despertar, Montero reflexiona que, de algún modo, la noche anterior engendró su propio doble. Y, más aún, Aura es el doble de Consuelo, y viceversa.
Montero propone a Aura marcharse juntos, huir de la anciana, pero la muchacha al parecer no quiere partir. Le dice a Montero que su tía saldrá todo el día, y que lo esperará esa noche en la recámara de su tía.
En la lectura de las memorias de Llorente se entera Montero que el general y Consuelo no han podido tener hijos, y que ello había trastornado a la mujer, que entonces buscó un remedio con plantas y pócimas. Consuelo creyó encontrar la pócima de la juventud, y enloqueció. Llorente la encontró una madrugada, caminando sola y descalza por los pasillos. “No me detengas –dijo Consuelo–; voy hacia mi juventud, mi juventud viene hacia mí. Entra ya, está en el jardín, ya llega”. Llorente, asombrado, cerró sus memorias con esta frase: “Consuelo, le démon aussi était un ange, avant…” (Consuelo, el demonio también fue antes un ángel…”).
Al final de los folios hay unas fotografías. Hay una foto de Aura, fechada en 1876 –la novela se desarrolla en 1961–, y firmada por Consuelo Llorente en el décimo aniversario de su boda. Pero la mujer de esa antigua imagen es Aura. Y también hay otra foto igual de desconcertante: Aura en compañía del anciano Llorente, pero el anciano Llorente es Montero. Montero sabe que Llorente es él.
Al caer la noche Montero se apresura a buscar a Aura en la habitación de Consuelo, según habían acordado. Entra y ve a Aura en la cama. Ella le pide que se acueste a su lado, pero que no la toque. Montero sabe que la anciana podría llegar en cualquier momento, pero Aura le dice que no regresará: “Ella ya se agotó”.
Entonces la besa, la abraza, pero se da cuenta que está besando y abrazando a una anciana:

“apartarás tus labios de los labios sin carne que has estado besando, de las encías sin dientes que se abren ante ti: verás bajo la luz de la luna el cuerpo desnudo de la vieja, de la señora Consuelo, flojo, rasgado, pequeño y antiguo, temblando ligeramente porque tú lo tocas, tú lo amas, tú has regresado también…”

¿Y Aura?
El libro finaliza con esta enigmática frase:

“Volverá, Felipe, la traeremos juntos. Deja que recupere fuerzas y la haré regresar…”


Parodia de la Eucaristía


El motivo de enojo por parte de los católicos ante Aura es muy claro: la escena erótica del capítulo IV es una parodia de la Eucaristía.
Veamos qué dice el texto:

Tú sientes el agua tibia que baña tus plantas [Aura lava los pies de Felipe Montero], las alivia, mientras ella te lava con una tela gruesa, dirige miradas furtivas al Cristo de Madera negra, se aparta por fin de tus pies, te toma de la mano, se prende uno capullos de violeta al pelo suelto, te toma entre los brazos y canturrea esa melodía, ese vals que tú bailas con ella, prendido al susurro de su voz, girando al ritmo lentísimo, solemne, que ella te impone, ajeno a los movimientos ligeros de sus manos, que te desabotonan la camisa, te acarician el pecho, buscan tu espalda, se clavan en ella. También tú murmuras esa canción sin letra, esa melodía que surge naturalmente de tu garganta: giran los dos, cada vez más cerca del lecho; tú sofocas la canción murmurada con tus besos hambrientos sobre la boca de Aura, detienes la danza con tus besos apresurados sobre los hombros, los pechos de Aura.Tienes la bata vacía entre las manos. Aura, de cuclillas sobre la cama, coloca ese objeto contra los muslos cerrados, lo acaricia, te llama con la mano. Acaricia ese trozo de harina delgada, lo quiebra sobre sus muslos, indiferentes a las migajas que ruedan por sus caderas: te ofrece la mitad de la oblea que tú tomas, llevas a la boca al mismo tiempo que ella, deglutes con dificultad: caes sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama, igual que el Cristo negro que cuelga del muro con su faldón de seda escarlata, sus rodillas abiertas, su costado herido, su corona de brezos montada sobre la peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá como un altar.
 
Cristo de madera negra
En el evangelio de Juan, capítulo 13, se narra que la noche en que Jesús fue aprehendido lavó los pies a sus discípulos. Las referencias del relato identifican a Aura con Cristo. El hecho de que Aura lave los pies de Felipe Montero es una parodia del lavatorio evangélico. Por otro lado, la oblea es la hostia, el cuerpo de Cristo; y Cristo mismo, ese Cristo de madera negra, presencia la escena erótica. Aura quiebra la oblea en sus muslos desnudos, muy cerca de su sexo, ofrece la mitad a Montero y éste la come y cae sobre ella. Es decir, luego de la comunión, Montero se sube en Aura, que queda abajo, con los brazos extendidos, como Cristo, y ella misma se convierte en el altar, es decir, en el cuerpo que Montero penetrará: “Aura se abrirá como un altar.”

Producción de Aura por las compañías de danza Rosanna Gamson (USA) y Contradanza (México)

Así entendido e interpretado –que es la única manera de entender e interpretar este relato–, es fácil comprender que una blasfemia así ofenda a los creyentes; y cuanto más devotos, más ofendidos resultarán. El Secretario del Trabajo era muy devoto.

Carlos Abascal, Secretario del Trabajo, y el Presidente Fox.
Un poco de erotismo literario no le hace mal a nadie. Pero este erotismo en particular va más allá y se convierte, desde el punto de vista católico, en sacrilegio y blasfemia. Yo no voy a juzgar el hecho de que Carlos Fuentes haya decidido hacer esta parodia. Por supuesto que sabía lo que escribía, y en ese sentido Fuentes quiso causar escándalo, y lo logró con la ayuda de los censores. Lo único que quiero es explicar por qué un sector muy conservador desprecia Aura. No es que simpatice con las razones de ese sector reaccionario, pero sí comprendo a cabalidad el motivo de su disgusto. En ocasiones la gente condena a los conservadores porque éstos a su vez condenan  Aura (y en general cualquier obra artística que les parezca demasiado liberal), sin ni siquiera haberla leído, y sin saber que sí existe un agravio y una ofensa verdadera. Yo respeto mucho la doctrina católica y entiendo y comparto su malestar ante esta escena. Pero aún así me pronuncio por la libertad de expresión. El arte no debe ser vehículo o medio de ofensa, porque entonces se desvirtúa y se convierte en propaganda. Y qué triste pensar que una obra tan espléndidamente escrita como Aura quede reducida a un panfleto anticatólico.

Carlos Fuentes en su estudio

6 comentarios:

  1. me encantó pero lo que más me gusto fue tu opinión última: "El arte no debe ser vehículo o medio de ofensa, porque entonces se desvirtúa y se convierte en propaganda."

    ResponderEliminar
  2. Estoy muy de acuerdo contigo. Te agradezco esta sinopsis.

    ResponderEliminar
  3. Muy buena reseña-crítica-punto de vista de la obra. Una manera de interpretar nuevamente su lectura. Gracias.

    ResponderEliminar
  4. Gracias a todos por sus comentarios.

    ResponderEliminar
  5. Me encantó tu crítica, el libro de Aura me parece fascinante, te envuelve de principio a fin

    ResponderEliminar
  6. Me encantó tu crítica, el libro de Aura me parece fascinante, te envuelve de principio a fin

    ResponderEliminar