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martes, 29 de octubre de 2013

El nombre de la rosa, de Umberto Eco. Filosofía, Teología y trama policiaca

El nombre de la rosa, de Umberto Eco

Filosofía y Teología en una trama policiaca
Por Venus Rey Jr

El nombre de la rosa
Umberto Eco
Editorial Lumen, 670 pp.
Calificación: 

 No pierdas tu tiempo
 Solo para fans del autor o interesados en el tema
 Vale la pena leerlo
 Muy recomendable
 Absolutamente imprescindible

Ahora comparto con ustedes “El nombre de la rosa”, del italiano Umberto Eco.
Se trata de una novela filosófica y policiaca, llena de referencias y simbolismos; una novela fascinante que causa adicción.

Guillermo de Baskerville y Adso von Melk, en la película de JJ Annaud
Destacan seis líneas argumentativas entre las muchas de la complicada trama:

1. Una serie de asesinatos dentro de una abadía al norte de Italia. Las víctimas son monjes.

2. La investigación de dichos asesinatos por parte del franciscano Guillermo de Baskerville y su discípulo, el joven Adso von Melk.   

3. La disputa doctrinaria para determinar si la postura franciscana de la pobreza es o no herejía. La disputa será dirimida por representantes del papa y de los franciscanos en esta misma abadía.

4. Un proceso inquisitorio incoado por el terrible Bernardo Gui. Este personaje representa el fanatismo y la intransigencia del clero.

5. El ocultamiento de un libro por parte de Jorge de Burgos, bibliotecario de la abadía. Este libro contiene un secreto que nadie debe saber.

6. La breve historia de amor entre el novicio Adso von Melk y una joven mujer, que se ve involucrada en el proceso inquisitorial.

Valentina Vargas y Christian Slater en una escena del film "El nombre de la rosa", basado en la novela de Eco.

Además de estas líneas argumentativas, están las referencias filosóficas y literarias. No me puedo referir a todas, pero por lo menos sí a estas:

Edición italiana
1. Guillermo de Baskerville es fraile, es franciscano y es escocés, igual que el filósofo nominalista William of Ockham. Entre líneas leo la disputa entre la escolástica clásica del siglo XIII y el nominalismo del XIV, éste último piedra inaugural del empirismo. Y leo que en esa disputa triunfa el nominalismo. El incendio de la biblioteca es una metáfora de la caída de la escolástica. El mismo título de la novela, que casi nadie entiende, es eso: el nominalismo: stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus (de la rosa solo queda el nombre).

2. Jorge de Burgos, cuya lengua es el castellano medieval, es Jorge Luis Borges, cuya lengua es el castellano moderno. Los dos son venerables ancianos, eruditos, guardianes de libros y están ciegos. Pero la referencia no es tanto a sus personas, sino a que la biblioteca de la abadía –estructura y arquitectura, fantásticas, por cierto– está inspirada en dos relatos del argentino: la “Biblioteca de Babel” y “El sendero de los caminos que se bifurcan”. Ambos relatos aparecen en el volumen "Ficciones".

Jorge de Burgos, según el film de JJ Annaud

3. El supuesto libro II de la “Poética” de Aristóteles, cuya única copia resguarda Jorge de Burgos, contiene un secreto que nadie debe saber, so pena de perder la vida. Todos lo monjes que han leído ese libro han muerto. ¿Cuál es el terrible secreto que contiene? No sé si decirlo, porque podría estropear la lectura que de esta novela esté haciendo alguien. Lo diré, así que si no quieren saber, ya no sigan leyendo: la risa. 

Alegoría de la lujuria, de Bronzino
La risa, según Jorge de Burgos, es diabólica, denota ligereza, frivolidad, lascivia; según él, Cristo nunca rió –no conozco ningún Cristo en el arte occidental que aparezca riendo–. Jorge de Burgos ha envenenado las páginas del supuesto libro II de la “Poética”, que trata sobre la risa, y como los monjes que lo leen usan saliva para cambiar la página, pues mueren. 

Una vez que Guillermo de Baskerville descubre los crímenes, Jorge de Burgos prefiere que la biblioteca entera arda y todo su saber se pierda, antes de que el supuesto libro de Aristóteles caiga en manos del fraile. La caída de la biblioteca y de la abadía –así como la muerte del inquisidor Bernardo Gui– representa, entre líneas, la caída del medioevo y de la intransigencia religiosa.

Guillermo de Baskerville intenta en vano salvar libros mientras la biblioteca arde

Podría escribir mucho más acerca de esta extraordinaria novela, pero nada como leerla. 

Me despido comentándoles que tal vez la rosa sea esa chica con la que el joven Adso von Melk perdió la virginidad, esa misma chica que es torturada cruel e injustamente durante el proceso inquisitorial. Esa hermosa chica fue el único amor en la vida de Adso, quien en el libro de Eco es el narrador, y narra desde la ancianidad. Y de esa chica (la rosa) ni siquiera Adso conserva el nombre. El nombre de la rosa.

Escena del film "El nombre de la rosa", de JJ Annaud.

 Como todos los libros que leo, la fecha de fin de lectura fue el 5 de noviembre de 1998.

Venus Rey Jr, también conocido como Venus Rex

martes, 16 de julio de 2013

Aura, de Carlos Fuentes. Resumen, interpretación y valoración


Aura, de Carlos Fuentes 

Resumen, interpretación y valoración.
Descubre por qué este libro molesta tanto a los católicos.

Aura
Carlos Fuentes
Editorial Era, 60 pp.
Calificación: 




 No pierdas tu tiempo
 Solo para fans del autor o interesados en el tema
 Vale la pena leerlo
 Muy recomendable
 Absolutamente imprescindible


Aura es una novela del escritor Carlos Fuentes. Es una de las novelas más conocidas de la literatura mexicana. Su brevedad es notable (sólo 60 páginas). Subrayo el hecho de que tres de las más célebres y queridas novelas mexicanas son novelas breves: Pedro Páramo, de Juan Rulfo; Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco; y Aura, de Carlos Fuentes. Esto demuestra que una obra maestra de la literatura no necesariamente debe ser extensa.


Aura, primera edición, 1962.


La novela fue publicada por vez primera en 1962 por la editorial Era. Se inscribe en el movimiento conocido como Boom Latinoamericano. Carlos Fuentes es uno de los más grandes exponentes de este movimiento. La novela, como es común en las obras del “boom”, incorpora elementos del realismo mágico.



Monsiváis y Poniatowska
La novela fue objeto de censura en 2001 cuando el Secretario del Trabajo en México, Carlos Abascal, se quejó en la escuela de su hija porque la maestra de Español había pedido a las alumnas que la leyeran. La maestra de Español fue despedida. El hecho suscitó un enfrentamiento entre los escritores Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska, que defendían a Fuentes, y altos funcionarios del gobierno mexicano y miembros del alto clero, que defendieron a Abascal. A fin de cuentas, la censura conservadora siempre tiene el efecto contrario: en vez de esconder, hace aquello que censura más evidente y notable. El mismo Carlos Fuentes, en la FIL de Guadalajara de 2008 dijo:

"Cuando un libro es objeto de un acto de censura como que resucita el libro. 'Aura' fue objeto de un acto de censura que yo agradezco, porque gracias a esa censura se multiplicaron las ventas del libro… Las ventas brincaron a 20.000 ejemplares a la semana. Imagínense ustedes, cosa que nos tenía felices a mi editor y a mí".

Me referiré puntualmente al motivo de agravio un poco más adelante.

Aura, ópera de Mario Lavista basada en la novela de Carlos Fuentes

Temas:
La novela trata sobre el deseo, la vejez, la juventud, la belleza; trata sobre el anhelo desmedido de juventud de una mujer. Incorpora elementos del realismo mágico, y no se sabe a ciencia cierta si todo lo que sucede es una alucinación del personaje principal, o si, en efecto, la joven Aura y la anciana Consuelo son la misma persona.

Personajes:
Felipe Montero, joven historiador.
Consuelo Llorente, anciana, viuda del general Llorente, cuyas memorias ha de traducir Montero del francés para que sean publicadas antes de que la anciana muera.
Aura, sobrina de Consuelo.

Resumen: Aura en unos cuantos párrafos

Capítulo I
Calle de Donceles, Ciudad de México, Centro Histórico
Felipe Montero, un joven historiador de veintisiete años, lee un anuncio en el periódico: “Se solicita historiador joven. Ordenado. Escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa…”. Acude al domicilio señalado en el anuncio (Donceles 815), en el centro de la Ciudad de México, y es recibido por una misteriosa anciana que está en cama. El trabajo consiste en completar las memorias del General Llorente, difunto marido de la anciana. Entre las condiciones del contrato está la de residir en esa casa. Montero duda. Repentinamente aparece Aura, sobrina de la anciana. Al verla, Montero decide tomar el trabajo.

Capítulo II
El joven Carlos Fuentes
Aura conduce a Felipe Montero a su habitación y le dice que en una hora lo esperan a la cena. Pero la Sra. Consuelo no asiste a la cena, de modo que Montero y Aura se quedan solos. La joven ejerce en él una fascinación y atracción. La anciana espera a Montero después de la cena en su recámara. Cuando Montero llega descubre a la anciana de rodillas rezando. La anciana entrega a Montero unos papeles. El joven debe empezar a trabajar de inmediato.

Capítulo III
Aura, edición italiana
Montero encuentra que la anciana sobrevalora los escritos del difunto marido. Pero los cuatro mil pesos son muy atractivos. Quizá si trabajase tres meses reuniría doce mil pesos, dinero suficiente para mantenerse un año y trabajar en su propia obra sobre las conquistas españolas en América.
Mientras Montero duerme, sueña una pesadilla, y en el momento más terrible despierta y se encuentra con Aura, desnuda, junto a él, acariciando su rostro y recorriéndole el cuerpo entero a besos. “Eres mi esposo”, dice Aura. Ella lo esperará en la noche, en su recámara.
Montero sigue con la lectura de la memorias de Llorente. Lee en ellas que el general conoció a la anciana cuando esta tenía quince años. Era el año 1867. Llorente narra una extraña escena: un día encontró a su joven esposa abierta de piernas, con la crinolina levantada por delante, martirizando a un gato. El general se excitó. Hicieron el amor. Torturar a los gatos, escribió Llorente, fue la forma en que la mujer hacía propicio aquel amor, por una suerte de sacrificio simbólico.
Haciendo cálculos, Montero deduce que la anciana debe tener ciento nueve años. El general adoraba sus ojos verdes y que se vistiera de verde. Este detalle del verde es importante, porque en el siguiente capítulo Aura, que también tiene los ojos verdes, estará vestida de verde, y de algún modo sabremos que Aura y la anciana son la misma persona.
Por lo pronto el general escribe: Je pense que tu seras toujours belle, même dans cent ans… (pienso que serás siempre bella, lo mismo en cien años…). Y, finalmente: que ne ferais-tu pas puor rester toujours jeune? (¿Qué no harías para permanecer siempre joven?)

Capítulo IV
Carlos Fuentes firma un ejemplar de Aura.
Montero piensa que la razón por la cual vive Aura en esa casa es para perpetuar la ilusión de belleza y juventud de la anciana.
Montero y Aura habían acordado verse en la noche en la recámara de ésta. Montero llega, abre la puerta y la encuentra vestida de verde. Pero algo prodigioso ha sucedido: un transformación mágica, porque Aura ahora parece una mujer de cuarenta años (no la chica de veinte del día anterior).
A continuación una escena erótica que involucra símbolos sagrados –se comprende fácilmente por qué se molestó el Secretario del Trabajo, Carlos Abascal, ferviente católico–: Aura lava los pies de Montero mientras mira furtivamente un Cristo de madera, luego bailan un vals que ella canturrea y que, por alguna extraña razón Montero conoce y canta con ella, mientras Aura le desabotona la camisa y se besan. De cuclillas en la cama –una de las posiciones más sensuales que puede adoptar una mujer–, Aura parte una oblea en sus muslos y ofrece una mitad a Montero, que la come. Luego cae sobre ella, que tiene los brazos abiertos, como el Cristo. “Aura se abrirá como un altar”. Más adelante haré la interpretación de este pasaje.
Al despertar, Montero busca la espalda de Aura, pero ya no está en la cama. Abre los ojos y la ve al pie de la cama. La mujer camina hacia un rincón de la recámara, se sienta en el suelo, a los pies de la anciana Consuelo, que está sentada en un sillón que él no había visto. Las dos mujeres le sonríen y se van por la puerta que comunica la habitación de Aura y la de la anciana.

Producción de Aura por las compañías de danza Rosanna Gamson (USA) y Contradanza (México)


Capítulo V
Al despertar, Montero reflexiona que, de algún modo, la noche anterior engendró su propio doble. Y, más aún, Aura es el doble de Consuelo, y viceversa.
Montero propone a Aura marcharse juntos, huir de la anciana, pero la muchacha al parecer no quiere partir. Le dice a Montero que su tía saldrá todo el día, y que lo esperará esa noche en la recámara de su tía.
En la lectura de las memorias de Llorente se entera Montero que el general y Consuelo no han podido tener hijos, y que ello había trastornado a la mujer, que entonces buscó un remedio con plantas y pócimas. Consuelo creyó encontrar la pócima de la juventud, y enloqueció. Llorente la encontró una madrugada, caminando sola y descalza por los pasillos. “No me detengas –dijo Consuelo–; voy hacia mi juventud, mi juventud viene hacia mí. Entra ya, está en el jardín, ya llega”. Llorente, asombrado, cerró sus memorias con esta frase: “Consuelo, le démon aussi était un ange, avant…” (Consuelo, el demonio también fue antes un ángel…”).
Al final de los folios hay unas fotografías. Hay una foto de Aura, fechada en 1876 –la novela se desarrolla en 1961–, y firmada por Consuelo Llorente en el décimo aniversario de su boda. Pero la mujer de esa antigua imagen es Aura. Y también hay otra foto igual de desconcertante: Aura en compañía del anciano Llorente, pero el anciano Llorente es Montero. Montero sabe que Llorente es él.
Al caer la noche Montero se apresura a buscar a Aura en la habitación de Consuelo, según habían acordado. Entra y ve a Aura en la cama. Ella le pide que se acueste a su lado, pero que no la toque. Montero sabe que la anciana podría llegar en cualquier momento, pero Aura le dice que no regresará: “Ella ya se agotó”.
Entonces la besa, la abraza, pero se da cuenta que está besando y abrazando a una anciana:

“apartarás tus labios de los labios sin carne que has estado besando, de las encías sin dientes que se abren ante ti: verás bajo la luz de la luna el cuerpo desnudo de la vieja, de la señora Consuelo, flojo, rasgado, pequeño y antiguo, temblando ligeramente porque tú lo tocas, tú lo amas, tú has regresado también…”

¿Y Aura?
El libro finaliza con esta enigmática frase:

“Volverá, Felipe, la traeremos juntos. Deja que recupere fuerzas y la haré regresar…”


Parodia de la Eucaristía


El motivo de enojo por parte de los católicos ante Aura es muy claro: la escena erótica del capítulo IV es una parodia de la Eucaristía.
Veamos qué dice el texto:

Tú sientes el agua tibia que baña tus plantas [Aura lava los pies de Felipe Montero], las alivia, mientras ella te lava con una tela gruesa, dirige miradas furtivas al Cristo de Madera negra, se aparta por fin de tus pies, te toma de la mano, se prende uno capullos de violeta al pelo suelto, te toma entre los brazos y canturrea esa melodía, ese vals que tú bailas con ella, prendido al susurro de su voz, girando al ritmo lentísimo, solemne, que ella te impone, ajeno a los movimientos ligeros de sus manos, que te desabotonan la camisa, te acarician el pecho, buscan tu espalda, se clavan en ella. También tú murmuras esa canción sin letra, esa melodía que surge naturalmente de tu garganta: giran los dos, cada vez más cerca del lecho; tú sofocas la canción murmurada con tus besos hambrientos sobre la boca de Aura, detienes la danza con tus besos apresurados sobre los hombros, los pechos de Aura.Tienes la bata vacía entre las manos. Aura, de cuclillas sobre la cama, coloca ese objeto contra los muslos cerrados, lo acaricia, te llama con la mano. Acaricia ese trozo de harina delgada, lo quiebra sobre sus muslos, indiferentes a las migajas que ruedan por sus caderas: te ofrece la mitad de la oblea que tú tomas, llevas a la boca al mismo tiempo que ella, deglutes con dificultad: caes sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama, igual que el Cristo negro que cuelga del muro con su faldón de seda escarlata, sus rodillas abiertas, su costado herido, su corona de brezos montada sobre la peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá como un altar.
 
Cristo de madera negra
En el evangelio de Juan, capítulo 13, se narra que la noche en que Jesús fue aprehendido lavó los pies a sus discípulos. Las referencias del relato identifican a Aura con Cristo. El hecho de que Aura lave los pies de Felipe Montero es una parodia del lavatorio evangélico. Por otro lado, la oblea es la hostia, el cuerpo de Cristo; y Cristo mismo, ese Cristo de madera negra, presencia la escena erótica. Aura quiebra la oblea en sus muslos desnudos, muy cerca de su sexo, ofrece la mitad a Montero y éste la come y cae sobre ella. Es decir, luego de la comunión, Montero se sube en Aura, que queda abajo, con los brazos extendidos, como Cristo, y ella misma se convierte en el altar, es decir, en el cuerpo que Montero penetrará: “Aura se abrirá como un altar.”

Producción de Aura por las compañías de danza Rosanna Gamson (USA) y Contradanza (México)

Así entendido e interpretado –que es la única manera de entender e interpretar este relato–, es fácil comprender que una blasfemia así ofenda a los creyentes; y cuanto más devotos, más ofendidos resultarán. El Secretario del Trabajo era muy devoto.

Carlos Abascal, Secretario del Trabajo, y el Presidente Fox.
Un poco de erotismo literario no le hace mal a nadie. Pero este erotismo en particular va más allá y se convierte, desde el punto de vista católico, en sacrilegio y blasfemia. Yo no voy a juzgar el hecho de que Carlos Fuentes haya decidido hacer esta parodia. Por supuesto que sabía lo que escribía, y en ese sentido Fuentes quiso causar escándalo, y lo logró con la ayuda de los censores. Lo único que quiero es explicar por qué un sector muy conservador desprecia Aura. No es que simpatice con las razones de ese sector reaccionario, pero sí comprendo a cabalidad el motivo de su disgusto. En ocasiones la gente condena a los conservadores porque éstos a su vez condenan  Aura (y en general cualquier obra artística que les parezca demasiado liberal), sin ni siquiera haberla leído, y sin saber que sí existe un agravio y una ofensa verdadera. Yo respeto mucho la doctrina católica y entiendo y comparto su malestar ante esta escena. Pero aún así me pronuncio por la libertad de expresión. El arte no debe ser vehículo o medio de ofensa, porque entonces se desvirtúa y se convierte en propaganda. Y qué triste pensar que una obra tan espléndidamente escrita como Aura quede reducida a un panfleto anticatólico.

Carlos Fuentes en su estudio

martes, 4 de junio de 2013

Lesbianas en el arte: Tamara de Lempicka


Ensueños lésbicos de una socialite

Título: Groupe de Quatre nus
Autor: Tamara de Lempicka (1898-1980)
Fecha de composición: 1925
Dimensiones: 130cm x 81cm
Técnica: óleo sobre tela
Residencia: colección privada
 
Grupo de cuatro desnudos
La joven Tamara
Tamara de Lempicka es muy conocida por cuatro razones: por sus cuadros, por ser una socialite, por su bisexualidad, con una especial predilección por las mujeres, y porque Madonna es una de sus más entusiastas fans. Este cuadro, Group of Four Nudes, de 1925, es muestra de esa bisexualidad de acentos más bien lésbicos.

Las cuatro mujeres que aparecen en el lienzo, muy en el estilo del Art Déco, propio de la época, tienen rasgos andróginos. Las cuatro aparecen, si no en éxtasis, sí en un embeleso o arrobamiento producto de la sensualidad, del placer.

Polaca de origen, francesa por convicción, su vida fue un andar por las principales ciudades de Europa y los Estados Unidos, codeándose con la crème de la créme de la haute société y acostándose con los hombres más deseados y las mujeres más hermosas. Cosmopolita por naturaleza, eligió en su ancianidad la apacible ciudad de Cuernavaca, al sur de la Ciudad de México, como su hogar. Ahí vivió hasta que la muerte la sorprendió, en 1980, a los 82 años.


Su nombre original era María Gorska. Fue hija de un acaudalado judío y de una polaca. Su infancia y adolescencia transcurrió entre Rusia, Polonia y Suiza, hasta que contrajo nupcias con un burgués polaco de nombre Tadeo Lempicka, al que dejaría tiempo después, y que la llevó a París. Más tarde, Tamara se casaría con un Barón, y así accedería a la nobleza.

¿A qué se debe el éxito de Tamara de Lempicka en París? En aquella época convergían diversas corrientes artísticas: fauvismo, cubismo, postimpresionismo, expresionismo, etcétera. La misma Tamara nos dice que su éxito se debió a la franqueza y claridad de sus cuadros. En efecto, no suponen ninguna abstracción ni hace falta ser un versado en arte para comprenderlos. Alguien que no sepa de arte podría llegar a confundir un Picasso con un Gris, o un Schiele con un Kokoschka, pero por alguna razón, según dijo ella misma, los cuadros de Lempicka son inconfundibles. 

Con esta simplicidad de líneas, punto medio entre la geometría y los maestros italianos anteriores al renacimiento, Tamara se estaba convirtiendo en pionera del Art Déco, estilo que resultó ser todo un hit en la alta sociedad. Tamara, como socialite que era, supo posicionarse muy bien en la aristocracia europea y norteamericana: no ser retratado por esta artista significaba no ser nadie en la haute société.


Pero volvamos al cuadro. Esta obra está inspirada en el Baño turco, de Ingres, es decir, está inspirada en una de las obras maestras del erotismo universal. 
Ingres: Baño Turco
La sensualidad es evidente.


Relata la historiadora del arte Laura Claridge, en su biografía sobre Lempicka, el origen de esta obra. Señala que, en el París de los años 20, Tamara conoció a una modelo lesbiana con la que intimó. La mujer invitó a Lempicka a su círculo de amigas. Se reunían varias mujeres en el apartamento de esta modelo y, poco a poco, formaban tríos y cuartetos que ocupaban los sillones y los rincones de la estancia. El sexo se desencadenaba. Entonces Tamara ponía y arreglaba la exquisita comida sobre el cuerpo desnudo de su amiga, y se disponía entonces a comer su cena. En este cuadro podemos ver ese espíritu lésbico en frenesí.


Escena del film 9 1/2 weeks en la que los protagonistas comen sobre sus propios cuerpos


Espero que lo disfruten. En lo personal pienso que Tamara de Lempicka se acerca más al pop art que al gran arte -muy apreciada entre el público snob, empezando por Madonna-. Pero esta es mi humilde opinión.

Madonna y su gusto por Lempicka, en el video de la canción "Vogue"

Si alguien quiere adquirir el cuadro, esté dispuesto a desembolsar al menos unos tres millones de dólares, porque la Galería Christie’s lo pondrá a la venta. Aquí les dejo el link, por si quieren pujar:

Una abrazo a todos.
Venus ReX