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lunes, 26 de abril de 2010

No 12 La muerte de Sócrates, de J.L. David


Queridas amigas y amigos:

Sócrates ha sido un tema recurrente en la historia del arte. Basta recordar a Erasmo y su famoso "San Sócrates" del Banquete Religioso, por mencionar las letras, o la Muerte de Sócrates de Dufresnoy (s. XVII), Poussin, Saint Quentin o Peyron (todas en el s. XVIII), por mencionar algunos ejemplos del arte pictórico.

Entre todos los cuadros que tienen a Sócrates como tema, no me cabe duda que el más grande y bello es el que pintó Jaques Louis David en 1787: La Muerte de Sócrates, obra colosal y majestuosa que encarna de manera formidable el espíritu neoclásico del XVIII. Permítanme un símil: en la pintura David (1748-1825) es la máxima expresión del neoclásico, como Mozart (1756-1791) lo es en la música. A fin de cuentas, dos grandes artistas que fueron contemporáneos. No sé, pero las líneas perfectas de este cuadro de algún modo me evocan el sonido perfecto de la sinfonía número 41, Júpiter (1789).

¿Qué nos quiere decir el pintor a través de su cuadro? David es portavoz de las ideas políticas y filosóficas de su tiempo, heraldo estético de la Ilustración y de la Revolución. Sócrates representa aquí la virtud, pero no sólo eso. También representa el papel de fundador y mártir de la Religión de la Razón. ¿Por qué aparecen doce personas, además de él, en el cuadro? ¿No será esto una clara alusión a Cristo y los doce apóstoles? Algunos importantes historiadores del arte así lo consideran. (Recordemos que los franceses consagraron iglesias y templos católicos a la razón, nuevo dios, como la Madelaine en París, por citar un ejemplo. Por cierto, en la foto aparece mi esposa Liz a la entrada de La Madelaine)

Ya lo decía el poeta Shelley: "Sócrates es el Cristo de los paganos". Desde luego la comparación luce hiperbólica y, en un momento dado, hasta blasfema. Pero hay otros indicios muy sólidos que nos señalan la santidad de Sócrates (la cual yo no pondré a discusión): Platón y sus diálogos, el "Sanc Socrates ora pro nobis" de Erasmo y la inquietante frase de Whitehead: "la filosofía entera no son más que anotaciones al margen de los diálogos de Platón". Platón es el discípulo más grande de Sócrates.

Ojalá disfruten este maravilloso cuadro. Sin duda se trata de una de las cumbres del arte neoclásico.

Reciban saludos y abrazos.
VENUS REX

lunes, 19 de abril de 2010

No. 11 Noche Estrellada, de Vincent van Gogh


La Noche Estrellada fue el décimo primer envío. Gustó mucho. Espero que ustedes lo disfruten.

Queridas amigas, queridos amigos:

Se ha dicho, no sin razón, que Vincent van Gogh (1853-1890) fue uno de los primeros mártires del arte moderno (Ingo F. Walther, Vincent Van Gogh. Visión y Realidad; Benedikt Taschen, Köln, 1990). En efecto, durante toda su vida fue incomprendido y despreciado: por las mujeres, por la gente común que lo rodeaba, por sus amigos, y, especialmente, por los críticos y merchantes de arte. (Para consuelo nuestro, no conozco ningún monumento en honor de algún crítico o merchante). Se puede decir que el triste Vincent fue el prototipo de lo que la sociedad burguesa posmoderna denomina (incluso hoy en día) "fracasado".

Nuestro Vincent fue un hombre cuyos desórdenes emocionales le permitieron ver lo que pocos se atreven a ver (entre ellos Nietzsche): la terrible realidad de la realidad, el mundo mostrando la peor de sus caras, la corrupción erigiéndose como señora del mundo. Y no obstante, su visión de artista y su pincel de alguna manera redimieron (a diferencia de Nietzsche) esa terrible realidad: introdujo orden al caos, dotó de belleza a la fealdad, convirtió en sueños las pesadillas, construyó un mundo propio, maravilloso y sublime. Profeta de nuestros tiempos, Van Gogh decía: "En mi trabajo arriesgo mi vida y por su causa mi razón se ha hundido a medias."

La Noche Estrellada es un excelente ejemplo para conocer la visión del artista. Algunos podrán ver simples bolas de colores vivos y trazos ondulantes. Otros verán una simple extravagancia personal del autor. Pero, ¿qué vemos en el cuadro? ¿Saint-Rémy bajo las estrellas en una noche de verano de 1889? No. Vemos el cosmos desplegándose ante nuestros propios ojos, la ansiedad del hombre por lo Infinito, la fuerza creadora del universo, la dialéctica que se engendra entre una ciudad dormida y el artista que penetra las fuerzas de la naturaleza para ofrecerlas como néctar precioso a unos hombres que no ven más allá de sus narices, hombres dormidos que viven en la inmediatez. Lo que se ve en el cuadro no es lo que sucede en la tierra, sino lo que sucede en el cielo. Si no vemos bien esta obra corremos el peligro de ser uno de aquellos hombres que ignoró y despreció a Van Gogh. La Noche Estrellada no es un paisaje, ni un retrato de Saint-Rémy; es más, ni siquiera es un simple cuadro. No. ¡La Noche Estrellada es una revelación! Dichoso aquel que lo comprenda.

Van Gogh tuvo razón cuando dijo: "Yo no tengo la culpa de que mis cuadros no se vendan. Pero llegará el día en que la gente reconozca que valen más que el dinero que costaron los colores para pintarlos." Esto muy bien lo saben los señores de Christie's y Sotheby's. Es muy fácil y cómodo reconocerlo ahora. Parece que el ser artista implica sufrimiento.
En fin, la belleza salva, ¿o no?

Reciban todas y todos bendiciones.

Su amigo, 
VENUS REX

lunes, 12 de abril de 2010

No. 10 Beata Ludovica Albertoni, de Bernini

Este fue el décimo mail. Cómo pasa el tiempo. Se trata del divino Bernini, uno de los más grandes artistas de todos los tiempos. Disfrútenlo.



Queridas amigas y amigos:

Ya han pasado diez semanas desde que a algunos cuantos de ustedes les envié The Flagelation of Christ, de Bouguereau, y cada vez hay más gente en mi lista de arte. ¡Diez semanas de obras maestras! Estoy seguro que después de este mail serán aún más.

En esta ocasión les ofrezco a uno de lo más grandes artistas que ha habido en todos los tiempos. Se trata del italiano Gianlorenzo Bernini: pintor, escultor, arquitecto, humanista, científico, etcétera. Sin duda, uno de los espíritus más grandes y sublimes que ha poblado el mundo. Él encarna perfectamente el espíritu del renacimiento, hoy tan perdido y vilipendiado.

La obra que les presento es una escultura: La Beata Ludovica Albertoni, ubicada hoy en día en San Francesco a Ripa, en Roma. Fue realizada entre 1671 y 1674, años que marcaron el esplendor del Barroco tanto en Italia como en el resto de Europa.

La longitud de esta maravilla es de 188 cm, y está esculpida sobre un trozo de mármol blanco, sin añadidos ni pegados, ¡un solo y único bloque de piedra del cual ha surgido, gracias a las benditas manos de nuestro artista, este prodigio de la humanidad! Increíble. Cuando uno ve estas maravillas se da cuenta que lo más parecido al acto del Creador (el acto creador) no es la filosofía ni la ciencia, sino el Arte. Nada más de ver a la Beata Ludovica Albertoni le dan a uno ganas de verter lágrimas sobre el escritorio.
En algunos libros de teología se ofrecen explicaciones en cuanto a la experiencia mística, pero creo que observar esta escultura (o el Éxtasis de Santa Teresa, del mismo autor) es lo más próximo o parecido (metafóricamente hablando claro está) a tal experiencia: una experiencia estética que sin duda puede provocar en las almas sensibles el síndrome de Stendhal.
Observen el rostro de la Beata Ludovica: es tan sensual, tan voluptuoso, tan erótico, y a la vez tan místico, tan fuera de este mundo, tan poseído por la divinidad, tan arrebatado, tan en éxtasis.... No es casualidad que a menudo los místicos empleen el lenguaje amatorio y erótico para describir su experiencia. He ahí Santa Teresa, o San Juan de la Cruz, o el mismo Santo Tomás de Aquino, quien expresó, después de su éxtasis, que su obra entera no era nada en comparación con lo que había experimentado. Qué les puedo decir, uno no puede más que caer rendido y alabar al Creador.

En fin, disfrútenla y, por caridad, no crean que mis palabras son hiperbólicas. Al contrario, creo que me he quedado corto.

Un abrazo a todas y a todos.
VENUS REX

martes, 6 de abril de 2010

No. 9 Il Compianto sul Cristo Morto, de Botticelli.


Queridas amigas, estimados amigos:

Este es un cuadro sin duda conmovedor y sublime: il compianto sul Cristo Morto, del genio florentino renacentista Sandro Botticelli. Imaginen ustedes que esta pieza fue realizada justamente en el año de 1492, el año del descubrimiento de América.

Merece especial atención la dolorosa expresión de María, madre de Cristo. Ella sostiene el cadáver de su hijo sobre las piernas y su rostro revela una profundísima pena. Por otro lado, María Magdalena abrazada a la cara de Cristo no puede dejar de conmover a nadie; tendría uno que ser piedra. El cuerpo inerme de Nuestro Señor es sublime, místico.

Una monografía sobre el pintor florentino (Botticelli, Elena Capretti, Giunti Gruppo Editoriale, Firenze, 1997) señala la influencia que el célebre Girolamo Savonarola ejerció en la obra de nuestro pintor durante la última década del siglo XV: "una exigencia sincera de renovación, de recuperación de los valores morales y espirituales más auténticos" [...] "Realizado para la Iglesia de San Paulino, este cuadro muestra cómo Botticelli se aproxima a fórmulas arcaizantes y patéticas, en composiciones abiertamente dramáticas, muy a tono con cuanto el Savonarola predicaba." (Tendrán ustedes que ser indulgentes con mi pobre traducción del italiano al español).
En efecto, los cuadros de Botticelli de esta época son mucho más austeros que anteriores realizaciones (pensemos en la Nascita di Venere, Primavera o Venere e Marte, sólo por mencionar algunas). Muy a tono con el rigor espiritual del Savonarola, quien por cierto, según otro libro que acabo de leer, editado en 1999, está a punto de ser beatificado en el Vaticano.

Aprovecho para recomendarles alguna lectura sobre el hermano Savonarola, todo un personaje. Hoy está a punto de ser beatificado, pero en su momento fue quemado en la hoguera, justo en la Piazza della Signoria, centro de Florencia. ¡Casi el equivalente italiano de Juana de Arco! ¡Quién iba a decirlo!

Bueno, volviendo al cuadro, sin duda estamos frente a una obra maestra. Ojalá todos la disfruten.

Reciban un abrazo.
Venus REX